El penúltimo caso de “incidente diplomático” entre el Estado español y Marruecos, se llama Aminetu Haidar. Es una nueva problemática con Marruecos, ese socio con relación amor-odio del que un día reniegan airadamente con la boca pequeña mientras siguen haciendo turbios negocios bajo la misma mesa.
En este caso como en otros muchos, las cuestiones no ocurren espontáneamente ni por casualidad. No es casualidad que surja en territorio del Estado español ya que se le sigue apuntando como principal culpable de la situación del pueblo saharaui.
Pero estamos hablando de cinismo, de hipocresía al más alto nivel. En un país donde la ley de extranjería erradica los derechos de personas extranjeras (aunque solo de quienes vienen en inferioridad de condiciones, obviamente nunca podremos aplicarla aun estadounidense por poner un claro ejemplo), que expulsa a cientos y miles de personas, que repudia el asilo político, cuando las cosas se ponen turbias elevando su hipocresía por encima de la estratosfera ofrece a esta activista saharaui la nacionalidad española para comprar su dignidad.
¿Por qué no es expulsada si no posee los papeles en regla?, ¿por que tantos miramientos? Son conscientes de que tienen entre las manos un espinoso asunto, una bomba de relojería que puede causar graves daños.
Pero su socio de amor-odio no cede y son muchos y muy importantes los intereses GEO-estratégicos y económicos en juego.
Los buitres huelen la carroña a leguas y aparecen revoloteando, mientras intentan camelar con su pútrido lenguaje y penosa actitud. Tal es el caso de la fascista de UPyD, Rosa Diez. Un defensora a ultranza de la unidad Española, de la vulneración de los pueblos encerrados en el corsé nacional ahora se descubre como activista en pro de los derechos del pueblo saharaui denunciando su imposibilidad de ejercer el derecho a decidir.
Sin ningún tipo de pudor, ni un ápice de rubor en su rostro se lanza a la palestra con declaraciones que solo pueden lograr despertar la mayor de las rabias.
Sin restar absolutamente nada a la actitud, ni a las acciones tomadas por la activista saharaui a la que mostramos todo nuestro apoyo internacionalista al igual que al resto del pueblo saharaui, es de sinvergüenzas el cinismo con que se habla de sus acciones.
Cuando otras personas se han puesto en huelga de hambre para defender sus derechos, o se han encerrado han sido tratadas como maleantes, vejadas y manipuladas sus historias.
Ahora esta situación nos hace revivir todas aquellas historias y no podemos reprimir una expresión de rabia ante tales muestras de hipocresía de la más baja calaña.
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Acabo de leer las declaraciones de Basagoiti...sinceramente me sorprende que la gente se sorprenda. La verdad es que al menos ha sido sincero, lo mismo opinaria yo de él.
ResponderEliminarLo que si es una verguenza es que un cargo público en un estado democrático diga eso sin recibir por ello un duro castigo.....eso nos dice dos cosas, que realmente no ocupa un cargo público elegido por el pueblo(sino por la burguesía española), y la otra que nos vuelve a recordar que no estamos en democracia.
Salud.
Pero ahora la cuestion radica en donde estan todos esos hipocritas que se les llena la boca de derechos humanos, del respeto al no se que y no se cuantos.
ResponderEliminarEs la mas clara exponencia de la ley y la moral del Reino de España, su ley y su moral.
No espero que nadie salga a reprocharle nada a un fascista de tal calibre, que entre gracias elude sus responsabilidades al igual que las de su partido heredero de los franquistas.
Este es el gobierno del respeto, de la transversalidad, de la tolerancia, de la convivencia.
Ahora que salga su homonimo Ares, o el amago de ingeniero fraudulento a recordarnos todas aquellas patrañas con las que querian embaucar a la sociedad vasca.
Ahora que salgan tambien los adalides de la normalidad y normalizacion, desde luego de su " normalidad" y su " normalizacion" que no pasa mas que por erradicar todo tipo de disidencia.